FAMILIA CAdA

Peluquería Inma

¿Quién está al otro lado de Peluquería Inma?

Detrás de Peluquería Inma late la historia de Inma Pons quién convirtió su pasión en un legado. Todo comenzó cuando Inma, con apenas 18 años, anunció a sus padres que quería tener su propia peluquería. «Empecé con un solo sillón y un espejo en una habitación de la casa familiar», recuerda con emoción. 

Poco a poco, fue transformando ese espacio: ampliando el mobiliario, adaptando estancias e incluso cambiando ventanas por una entrada directa a la calle.

Hoy, con 60 años recién cumplidos, acaba de materializar su gran sueño: un local construido desde los cimientos, exactamente como siempre lo imaginó. «Mis cuatro hermanos han sido mi apoyo incondicional, especialmente ahora que ya no tengo a mis padres», confiesa Inma.

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¿Por qué has abierto tu negocio en Alaquàs?

Para Inma, la pregunta sobre por qué eligió Alaquàs para su negocio casi no necesita respuesta: «No concibo otro lugar que no sea mi casa, mi calle y mi pueblo». Su peluquería es más que un establecimiento; es un pedazo de su vida arraigado en cada rincón de Alaquàs. «Aquí crecí, aquí empecé y aquí sigo, porque cuando amas tu tierra, no necesitas buscar nada más», explica mientras peina a una clienta de toda la vida.

Para los vecinos de Alaquàs, Peluquería Inma es mucho más que un sitio para arreglarse el pelo. Es un lugar donde las conversaciones fluyen tan naturalmente como las tijeras, donde los cambios de look van de la mano de los cambios de vida, y donde cada cliente se siente como en familia. «No cambio esto por nada del mundo», afirma Inma, «porque al final, mi peluquería es el sueño de aquella chica de 18 años hecho realidad».

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¿Por qué formáis parte de CAdA?

Su participación en CAdA nace de esa misma filosofía de unión y comunidad. «Solo trabajando juntos logramos mejores resultados», afirma convencida. Aunque no forma parte de la junta directiva, valora profundamente el trabajo de la asociación: «Se nota el esfuerzo que ponen día a día. Todo lo que hacen beneficia a los comercios como el mío, y eso en los tiempos que corren es un regalo».

El local que hoy alberga Peluquería Inma es el reflejo de cuatro décadas de perseverancia. Desde aquel primer sillón en casa de sus padres hasta el espacio luminoso y acogedor que es hoy, todo habla de su dedicación. «Cada corte que hago lleva un pedacito de mi historia», comenta.